OBJETIVO DE PRÁCTICA
La primera broma fue inofensiva, pero la segunda no fue tal. El encargado fue el lateral inglés del Chelsea, Ashley Cole, quien decidió llevar un rifle de aire al entrenamiento del equipo en Cobham en 2011.
El jugador "bromeaba" en el vestuario cuando disparó el arma a menos de cinco pies de Tom Cowan, un estudiante de ciencias del deporte de la Universidad de Loughborough.
El club reaccionó rápidamente organizando una reunión para asegurarse de que no presentaría cargos contra el defensor.
Y es que según la legislación británica, el incidente podría considerarse un daño corporal real que conlleva una pena máxima de cinco años de prisión y una multa ilimitada. Según dio a conocer The Athletic, por aquel incidente Cole recibió una multa de dos semanas de salario, alrededor de 220 mil libras.