Naomi Osaka
La entonces número 2 del mundo en tenis, Naomi Osaka, abandonó en junio pasado el torneo de Roland Garros por una depresión, fruto del estrés y la ansiedad. E hizo pública su decisión a través de un comunicado, puesto que se negó a dar la cara ante los medios. "No voy a hacer ninguna rueda de prensa durante Roland Garros. He pensado muchas veces que la gente no tiene consideración con nuestra salud mental. He visto muchos vídeos de deportistas viniéndose abajo en una sala de prensa tras perder un partido, algo que también me ha pasado a mí", alegó entonces, pocos días antes de retirarse. Y reconoció que llevaba lidiando con la depresión desde 2018. "No me gustaría trivializar con la salud mental o usar el término a la ligera. La verdad es que he sufrido largos periodos de depresión desde el US Open de 2018”, explicó en su cuenta de Twitter el 31 de mayo pasado. “Cualquiera que me conozca sabe que soy introvertida y cualquiera que me haya visto en los torneos se habrá dado cuenta de que uso cascos para calmar mi ansiedad social. [...] No soy una persona dada a hablar en público y siempre tengo olas de ansiedad antes de hablar con los medios. Me pongo muy nerviosa y me estreso tratando de dar las mejores respuestas que puedo. En París me estaba sintiendo vulnerable y ansiosa y pensé que el mejor ejercicio de autocuidado era evitar las ruedas de prensa". Osaka terminó su comunicado anunciando que se aleja de las pistas durante una temporada y animando a las organizaciones involucradas en el tenis a discutir sobre estos temas. Ahora, la presión ha vuelto a poder con la "llama inspiradora" de los Juegos de Tokio. "Todo salió mal. He sentido por momentos que tenía todo el peso del mundo sobre mis espaldas. Ha sido demasiado para mí. Esta derrota me ha hecho más daño que cualquiera, pero al menos no he caído en primera ronda”, reconocía Osaka que salió de la pista central llorando, tras perder con Vondrousova, número 42 mundial.