Así lo confirmó su hija, Giselle Brenes, a través de su perfil personal en twitter.
Giselle, quien habita en los Estados Unidos esperaba a su padre, que en los próximos días viajaría a suelo norteamericano.
“@presimorado (Juan Carlos Rojas) soy la hija de losilla, faltaban solo unos días que mi familia viniera visitarme y hoy me acaban de avisar que murió, lo atropellaron y acaba de fallecer solo quisiera que le dieran un bello homenaje el equipo que el tanto amo, no es justo”, expresó Giselle.
Causas de su muerte
Según mencionó el Periódico La Teja,"Losilla" fue embestido por una motocicleta en el sector de San Antonio de Desamparados.
La historia de un emblema
“Losilla” desde los años 70 y con su condición de no vidente se instauró en la historia morada.
Con su popular radio, desde épocas atrás visitaba “La Cueva”, un sitio donde muchos de los morados lo saludan y lo observaban recurrentemente.
Se caracterizó por su felicidad, pero también por su respeto hacia todos. Siempre comportándose a la altura en cada una de las tardes y noches en San Juan de Tibás.
Su amor era incondicional, al Saprissa, equipo al cual siempre consideró como su familia.
Su relación con los jugadores también era muy buena, la cual se puede evidenciar con cada uno de los saludos de los que pasaron por años en las distintas plantillas del conjunto morado.
Fotografía con David Ramírez en 2016, quien le regaló su camiseta
“Dios guarde faltar al estadio, nunca, uno tiene que aceptar la voluntad del señor, la fe mía es nunca faltar, soy muy fanático. He sufrido, he llorado por mi equipo pero no me da para pelear con nadie, aunque me duele cuando perdemos sigo teniendo muchos amigos liguistas, no hay que envenenarse a discutir con la gente”, señaló años atrás en una entrevista para Diario Extra.
Eso de “Dios guarde faltar al estadio” lo tenía muy claro; por eso se llevaba bien con los aficionados saprissistas, los cuales le pedían hasta fotos dentro del reducto morado.
Su relación con los distintos periodistas también era de destacar, desde épocas de Javier Rojas Gonzáles hasta la actualidad, siempre con amabilidad y respeto pudo establecer relaciones cordiales.
Esto también se debía a su gran amor por la radio, que generando emociones encontraba la felicidad para asistir al estadio y que en cada sonido emitido por la FM y los aficionados lograba guiarse.
“Cuando voy al estadio del partido no veo nada, la vista mía me llega hasta donde está la línea del saque de banda, ya lo que pasa en la cancha no veo nada, por eso siempre voy con la radio y me guío por la emoción de la gente que está en el estadio, los ojos están en mi corazón”
Su nombre, será recordado en una historia que con una radio y una butaca enamoró a miles de aficionados a nivel país.
“Losilla” en el último juego de la semifinal ante el Herediano recogía plata para comprarse algunas cosas para su viaje a los Estados Unidos a visitar a su hija, e iba a realizar lo mismo este jueves en su casa, “La cueva”.
Una historia inolvidable, ¡Descansa en paz, “Losilla”!