Imagine el estimable lector de everardoherrera.com, un equipo poderoso económicamente, con una historia de prestigio y gran trayectoria en el fútbol de su país.
Es el rival por vencer; un cuadro que además marcha incólume en lo más alto de la tabla, y conforme se va terminando el torneo continúa acumulando solo victorias, incluso dando la impresión de que cada triunfo es un mero trámite, sensación alimentada casi siempre por la soberbia de algunos de sus aficionados…
Ante tal panorama, crecen como la espuma las ansias por derrotarlo, o tan siquiera por no salir vencido por él; las aficiones rivales se unen en una sola fuerza y confían domingo a domingo que algún valeroso oponente por fin lo detenga, y de paso le propine una buena cachetada que lo haga regresar al mundo de los mortales, donde no se gana siempre…
Así ocurrió hace casi 89 años en el campeonato de Cataluña, en España. La competición agrupaba a los seis clubes más importantes de la ciudad, de los cuales los que normalmente peleaban el título eran el RCD Español y, por supuesto, el FC Barcelona, que en aquella oportunidad -noviembre de 1935-, ya se había convertido en campeón del torneo tras nueve victorias en igual número de partidos.
Al Barça, que hacía seis meses había dado de baja a Alejandro Morera (se vinculó entonces al Hércules de Alicante), solo le faltaba encarar su último juego, el correspondiente al derby catalán en el campo ‘culé’ de Las Corts frente al Español, en cuyas filas se encontraba el delantero costarricense Jorge Quesada, tras haber arribado diez meses antes procedente del CS La Libertad y recomendado por don Ricardo Saprissa.
La afición local no quería perderse la oportunidad de presenciar ‘in situ’ cómo el conjunto blaugrana alcanzaría la marca perfecta de diez triunfos. Sin embargo, el cuadro españolista, que en una poco honrosa cuarta posición solamente tenía como misión cerrar el certamen con algo de dignidad, se tomó muy en serio el compromiso.
Si bien al minuto 70 el Español perdía 0-1, el equipo del tico no quería servirle de motivo de fiesta a su acérrimo rival, por lo que apretó clavijas y logró empatar el encuentro gracias a una gran jugada que armó el propio ‘Quesadita’, quien luego de driblar algunos zagueros del Barcelona le sirvió a su compañero de ataque José Prat, este a su vez halló desmarcado a George Green, por lo que le pasó el balón para que el galés se encargara de empatar el marcador. 1-1 y al Barça, de forma agridulce, se le terminó empañando la fiesta… No hubo marca perfecta para los campeones, ¡por culpa de un tico y sus compañeros.
* El autor es historiador de fútbol costarricense y responsable de la página de Facebook Gol de Camerino; pronto estará publicando el libro Nuestros primeros legionarios. Futbolistas ticos en el mundo 1875-1990.
** En la imagen de portada Jorge Quesada viste el uniforme del RCD Español de Barcelona; en la segunda fotografía aparece con el equipo mexicano RC España, fundado por la colonia española en tierras aztecas.