El Milan cambió este sábado la imagen que ofreció la pasada jornada con una victoria ante el Bologna (2-0) gracias a los goles del portugués Rafael Leao y el francés Olivier Giroud, en lo que fue la noche de consagración del belga Charles De Ketelaere en San Siro como nueva estrella 'rossonera'.
Necesitaba la victoria para desquitarse del empate gris ante Atalanta y aprovechar así los 'pinchazos' de Inter y Juventus, ante Lazio y Roma, respectivamente, para reengancharse a la parte alta de la tabla. Para ello, Stefano Pioli dio entrada de inicio a De Ketelaere, el flamante fichaje del verano milanista, que cuajó una gran noche actuando como mediapunta.
En Milán, ya se sabía del potencial del joven talento belga, pero Pioli le ha ido dando minutos progresivamente hasta que le ha visto listo para una titularidad en San Siro, ante su público. Ya dejó buenas sensaciones en las anteriores jornadas, pero en esta jugó con la soltura impropia de alguien que acaba de aterrizar en todo un Milan campeón del 'Scudetto'.
Apareció por todas partes. Liberó espacios para la salida de balón y fue pieza fundamental en los ataques 'rossoneri', zafándose de rivales haciendo valer su potente zancada y su habilidad con el regate.
El primer tanto, de hecho, nació de sus botas cuando, en el minuto 21, robó en la medular para iniciar un contragolpe que finalizó Leao al palo corto en lo que fue su estreno goleador en la presente campaña. Y apunto estuvo de dar su segunda asistencia de la noche cuando se inventó un pase más que complicado para Kalulu, que no pudo evitar al meta del Bologna.
Los milanistas dominaron el encuentro con mucha solvencia e inteligencia, siendo además un cerrojo en el aspecto defensivo, algo que acostumbraron a ser la temporada pasada, pero que habían desatendido en el comienzo de la presente, con unos Kalulu y Tomori imperiales al corte.
Intensificó Pioli la presión de los suyos al comienzo de la segunda mitad, evidenciando su afán por querer cerrar el partido lo antes posible y evitar cualquier tipo de sorpresa. Los tres puntos tenían que ser para el Milan. Calabria saltó entonces a la presión de su par con intensidad y provocó el error en salida de balón que a la postre acabó con el segundo del Milan y acabó con las esperanzas de los hombres de Sinisa Milhajlovic.
Leao recogió el balón en la frontal del área con el Bologna desordenado y encontró a Giroud dentro del área, que con una acrobática medio tijera sentenció el choque a falta de media hora para el final. Respiró Pioli, celebró San Siro.
Movió entonces el banquillo el técnico 'rossonero', dando entrada a jugadores a menos habituales como Pobega, Adli o Ballo-Toure, y descanso a los jugadores con mayor peso como Bennacer, Tomori o Theo Hernández, que acostumbran a jugarlo todo, y al jugador más destacado de la noche, De Ketelaere, despedido con una ovación en una noche para el recuerdo.
Sumó los tres puntos el Milan, líder provisional a falta de que juegue el Nápoles. Después de tres jornadas, este fue el primer partido en el que se reconoció al Milan que levantó el 'Scudetto'. Sólido en defensa y contundente en ataque. Con una sola diferencia, eso sí, la que marca De Ketelaere en la zona de tres cuartos.
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