Los planes estratégicos de muchas empresas, pertenecientes a negocios muy dispares, han tenido que ser rehechos a consecuencia de la irrupción de las nuevas tecnologías. Asimismo, estos últimos años convulsos en términos sociosanitarios también han contribuido a presenciar muchos giros empresariales.
El sector de los juegos de azar no es una excepción, y el casino es un claro ejemplo de estos cambios y consiguiente evolución hacia otras vertientes que posibilitan nuevas fuentes de ingresos. La imagen tradicional del casino ya no es única. Ésta sigue existiendo, pero, ahora, el casino también cuenta con una ventana online y sus ofertas de juegos de azar dejan unos espacios muy significativos a otras propuestas, como aquellas que son meramente deportivas. El deporte hace sumar al casino. Y permite que juegos de siempre sin asociación directa con el deporte también se vean beneficiados de esta alianza sólida entre deporte y casinos.
La ruleta, las máquinas tragaperras o las mesas de tapete verde donde se mueven cartas de todo tipo de barajas ya no son los grandes protagonistas de los casinos físicos. Ni siquiera estos habituales juegos de azar ofertan sus mismos tipos de juegos.
La tecnología ha obligado a una lógica evolución, y los casinos, incluso aquellos que cuentan con una fama muy glamourosa, como los menos conocidos permiten a sus usuarios acceder desde el salón de su casa. Las plataformas permiten esta circunstancia. E incluso favorecen a atraer a un mayor número de usuarios, quienes ya no necesitan de pagarse un billete de avión y una estancia en un hotel para visitar un determinado casino. Pueden hacerlo a distancia. Las experiencias de usuario, por otra parte, son cada vez mejores, cercanas a una auténtica e irrebatible realidad virtual. No obstante, ese olor y sentir tan característico de un casino, de momento, no puede gestionarse de manera tan real a través de una pantalla.
Asimismo, esos juegos tradicionales han conseguido rejuvenecer y acercarse a un mayor número de usuarios. Lo han hecho presentando versiones nuevas, más acordes a los gustos de las nuevas generaciones, pero manteniendo esa misma esencia desiempre. Las máquinas tragaperras son un claro ejemplo de esta evolución. Ahora, los jóvenes las denominan ‘slots’ y su temática visual del juego no se basa en las frutas, sino en todo tipo de elementos, incluyendo los elementos deportivos. Ahora, sin cambiar la dinámica del juego, los jugadores buscan hacer coincidir balones de baloncesto; camisetas de sus equipos favoritos o escenas e imágenes de sitios icónicos del deporte. Es un claro ejemplo de esta asociación entre un casino y el mundo del deporte. Este panorama era impensable hace unos cuantos años.
Nuevos nichos deportivos
Hay muchos más ejemplos. Desde alianzas estrategias a nivel publicitaria, como patrocinar a una determinada entidad deportiva (por parte de los casinos o plataformas online de los casinos) hasta organizarse y celebrarse determinados eventos en las sedes de los casinos. La repercusión del deporte está comprobada.
Cualquier acto publicitario y encuentro deportivo cuenta con una proyección mediática de incalculable valor económico y social. Otro claro ejemplo de esta asociación se encuentra en los eSports que también se incluyen en la propuesta de ocio que se puede encontrar en el interior de un casino. En México, también, no es una excepción. Ni las máquinas tragaperras, o ahora denominadas slots, ni tampoco la celebración de grandes eventos.
Los eSports están de moda en los casinos. Son unos juegos que permiten jugar a todo tipo de usuarios y que no siempre es necesario hacerlo con algún tipo de moneda. Hay opciones gratuitas con las que disfrutar de nuestro tiempo de ocio. Y lo virtual siempre manda en el tema de los eSports. No obstante, algunos profesionales de esta disciplina deportiva de carácter virtual suelen congregar a un buen número de seguidores en los casinos. Y esto también genera mucho negocio a los casinos en materia de venta de entradas. El auge de los ciberdeportes está también causando sensación en México, donde los ciudadanos se declaran unos claros aficionados a los juegos de azar, sean o no de pago, y siempre haciéndolo de una manera completamente responsable.
Famosos embajadores de los casinos
El éxito de esta asociación no sólo encuentra sus razones en el desarrollo tecnológico, sino que los jóvenes son una nueva generación que busca nuevas formas de ocio y siempre demandan cambios constantes. Y si una innovación gusta a los jóvenes, eltriunfo está asegurado. En este sentido, la clave es dar con un juego que sea deportivo; sencillo en su uso; que no haya que completar un aprendizaje sobre ese juego; y que las partidas cuentan con una gran emoción y con una resolución de partida rápida, ágil, que no sean partidas que duren horas.
Otro elemento que ha favorecido a que los casinos se acerquen a los jóvenes y viceversa se encuentra en el protagonismo que han tenido determinados profesionales de los deportes más afamados. Anteriormente, decíamos la importancia de los acuerdos comerciales en temas publicitarios. Bien, muchos deportistas de primer nivel se han mostrado como aficionados (e incluso se han dedicado al profesionalismo al abandonar sus deportes) y esto ha permitido catapultar la fama de esos juegos de azar o no tan de azar. El póker, por ejemplo, no es un juego sencillo (exige tener unos ciertos conocimientos), pero, a pesar de no cumplir con los anteriores mandamientos que requieren los jóvenes, ha experimentado un fuerte crecimiento debido a que muchos deportistas famosos se han declarado fan de este juego de naipes.
Se trata del poder de la publicidad. De la importancia del deporte y que tan bien están sabiendo aprovechar desde los casinos. México, como decíamos anteriormente, no es una excepción como queda demostrado en el alto porcentaje de nuevos casinos que se están abriendo y las importantes inversiones que están llegando desde las principales empresas del sector. El país azteca (si exceptuamos a Estados Unidos) es un referente en el sector de los juegos de azar, circunstancia que ya se está viendo en la economía del país, con un claro impacto en las cifras del PIB (Producto Interior Bruto).