El fútbol lleva años sumido en una profunda transformación. Desde el propio modelo de negocio al competitivo, con la irrupción de nuevos formatos y otros que vendrán. Pero la revolución va más allá y también afecta a lo que sucede en el campo, donde el videoarbitraje (VAR) ha cambiado la narrativa de los partidos.
Lo mismo ha sucedido con la consolidación de los cinco cambios, una medida que nació como transitoria en la pandemia y que se ha quedado, influyendo en la planificación de los entrenadores. El fuera de juego semiautomático es una de las modificaciones más recientes, pero desde la International Football Association Board (IFAB) se siguen abriendo frentes.
EL 'CRONO' NO SE PARA
Uno de los caballos de batalla del organismo, que este 4 de marzo ha celebrado su asamblea general, es luchar contra las pérdidas de tiempo. Convertido el fútbol en un producto de consumo audiovisual, la vía que le otorga las mayores ganancias, desde la IFAB se lleva años reflexionando sobre el concepto del 'juego efectivo', que mantiene la tensión y el desarrollo de los duelos ante una audiencia a la que cuesta cada vez más mantener atenta. La tendencia general y social frente a la que el deporte de masas quiere responder.
Aunque en los últimos se especuló con la posibilidad de llevar el fútbol al reloj parado, como sucede en el baloncesto, hockey sobre hielo o balonmano, Gianni Infantino, presidente de la FIFA, fue tajante cuando se le preguntó en la rueda de prensa posterior a la asamblea de la IFAB. "Queremos luchar contra las pérdidas y tener más tiempo efectivo. Collina ya explicó en el Mundial nuestra preocupación al respecto. Pero no cambiaremos las reglas. No pararemos el reloj. Las leyes son universales y así deben ser aceptadas", aseguró tras una reunión en la que se trataron temas como las explicaciones en directos de los árbitros o los cambios en caso de conmoción cerebral.
"Como espectador, pago una entrada: físicamente en el estadio o en casa por un canal. Lo hago para ver 90 minutos, pero acabo disfrutando de 45 jugados. La mitad de lo invertido se destina a tiempo no jugado. Son necesarios cambios como los que se introdujeron en su día, por ejemplo, para evitar las cesiones a los porteros con las que se perdía tiempo de acción", opinaba el excolegiado italiano Pierluigi Collina, presidente del comité de árbitros de la FIFA, en la intervención citada por Infantino.
Según un informe elaborado por el CIES Football Observatory en 2022, la Eredivisie neerlandesa es la competición donde el juego efectivo es mayor: 63 de 90 minutos y 11,7 ocasiones de gol por partido. Muy alejada de estas cifras está LaLiga, con 58 minutos efectivos y 10 oportunidades por encuentro. De las 36 competiciones europeas analizadas, aquella en la que menos tiempo está rodando el balón es la Segunda División española, con 55 minutos. Entre los grandes torneos, la Serie A italiana es la mejor posicionada, segunda a nivel continental con 61 minutos efectivos. Prácticamente a la par está la Bundesliga. En un peldaño inferior, la Premier y la Ligue 1 (aproximadamente 60 minutos).
No hay nadie que sea ajeno a este debate y el denominado "otro fútbol" empieza a ser cuestionado cuando la picaresca se impone a la razón. Esto es algo que se plasma, por ejemplo, en que ya no todos los equipos echan el balón fuera cuando un rival se va al suelo, condicionados por el 'efecto resurrección' de algunos jugadores, que al ver el saque de banda vuelven en sí. "El fútbol debe seguir siendo un deporte atractivo, entretenido y ameno para jugadores, equipos arbitrales y entrenadores, así como para espectadores, aficionados y administradores", aseguran desde la IFAB, dispuesta a cortar esta sangría.
Sin embargo, no existe un consenso unánime sobre esta cuestión. Durante los encuentros del organismo se debatió el aumento del tiempo efectivo de juego y la posibilidad de hacer partidos de 60 minutos con un cronómetro que se pare ante las interrupciones. Los contrarios a esta medida argumentan, en primer lugar, que la certeza de contar con un final más o menos fijo aporta una certeza organizativa en los eventos de masas. "Aunque esto cambia cuando hay prórrogas o penaltis", añade Lucas Braud, secretario general de la IFAB.
En lo que se refiere a explotación de producto, los partidos están perfectamente encuadrados en franjas cronometradas, por lo que apuesta por el juego efectivo podría romper los esquemas de las programaciones. Desde determinados estamentos del colectivo arbitral apuntan a la dificultad de establecer un puesto de monitoreo en las categorías más bajas. Una tercera razón en contra de la preocupación por el tiempo efectivo proviene del sindicato internacional FIFPRO que preside el español David Aganzo.
DIFERENCIAS DE CRITERIO
Los representantes de los futbolistas consideran que el llamado juego neto cargaría más de la cuenta a los jugadores. "Los descansos en el juego son importantes para los periodos de recuperación. Esto es importante tal y como está de apretado el calendario", opinan desde FIFPRO. Por lo que la lucha de la IFAB irá orientada a la aplicación más estricta de las normas y a agilizar los procesos del VAR. Por ejemplo, todavía se considera una lucha abierta que los futbolistas abandonen el campo por la línea más cercana, así como la regla de los seis segundos en los porteros.
Con todo, hay otras figuras de nivel como Marco van Basten, leyenda neerlandesa, o Mark Clattenburg, árbitro internacional inglés, que abogan por el mayor tiempo efectivo. El órgano rector de las reglas del fútbol mundial quiere terminar con una de las múltiples fuentes de ruido mediático que rodea a su profesión. Si el debate hasta hace nada estaba en señalar a los equipos que cometían deliberadas pérdidas de tiempo, éste ha cambiado el foco hacia los colegiados.
Les acecha la diferencia de criterio que se puso en evidencia en la propia cita mundialista, con prolongaciones muy extensas en la fase de grupos (11 minutos de media) que fueron encogiendo con el avance del torneo (9 minutos). Porque esta indefinición provoca intervenciones como la de Pep Guardiola en la previa al Manchester City - Newcastle, donde denunció que "es frustrante la cuestión de las pérdidas de tiempo según el árbitro que las aplique".
CAMBIOS POR CONMOCIÓN
La IFAB, por su propia inspiración estatutaria, no quiere que el foco se traslade a la subjetividad, a pesar de esta es una característica intrínseca de su ejercicio, aunque la red del VAR haya debilitado las labores de campo. La definición clara de las reglas es imprescindible. Por lo que todo lo que se juegue deberá recuperarse. De ahí que en el tiempo añadido se contará también el tiempo de las celebraciones.
"No queremos acabar con ellas, pero ha de compensarse", explicaron en su comparecencia los representantes de la IFAB, que descartó los cambios temporales en caso de conmoción cerebral. Sólo se podrán hacer sustituciones si son definitivas y no habrá permutas temporales. “Queremos proteger la salud de los jugadores. Esto no lo decido yo ni es una opinión mía, esto está consensuado con los responsables médicos”, aseguró Infantino.
Sí se mantendrá y se perfeccionará la comunicación de los árbitros con los aficionados en los estadios y a través de la televisión, siguiendo la estela del deporte americano. Este modelo ya se puso a prueba en el Mundial de Clubes de Marruecos y se implementará en el Mundial sub-20 de Indonesa de mayo. Otra propuesta a debate y experimentación es la modificación de los fueras de juego.
Hacia una u otra dirección, pero el fútbol está en un profundo cambio que marcará su futuro en décadas. Afronta una decidida transformación trasladada desde los más altos estamentos, donde asumen el riesgo de los cambios con una filosofía decidida. "El 1 de septiembre de 2016 probamos el VAR por primera vez y no ha traído el 'fin del fútbol' como algunos informaron en ese momento, sino que ahora es parte del tejido de nuestro deporte y sería difícil imaginar el fútbol sin él", zanja Collina, el revolucionario más activo en los cambios reglamentarios que encierran un nuevo paradigma para mantener el negocio de toda una industria.