La palabra karaoke, traducida literalmente del japonés, significa "orquesta vacía", una canción sin cantar. En la práctica, es un artilugio que permite a cualquiera cantar una canción popular sin preocuparse por estar afinado o no, cantando aunque no sea cantante.
Y de ahí es exactamente de donde vino la inspiración para el karaoke, en 1971.
Daisuke Inoue era teclista y baterista en un club en Kobe, Japón. Tocó nagashi (una forma tradicional de música popular en Japón y Taiwán) para un grupo de músicos independientes que actuaban para trabajadores de oficina y hombres de negocios que viajaban a la ciudad.
"En ese entonces, los japoneses eran demasiado tímidos para cantar frente a otras personas, pero en clubes nocturnos o bares a veces había músicos Nagashi cantando para clientes borrachos. También podía cantar", dijo Daisuke a la BBC en 2015.
"Uno de mis clientes, que era pésimo cantando, me dijo que iba a hacer una fiesta con los accionistas de su empresa y que quería impresionarlos. Y me pidió que reuniera a algunos músicos para que pudiéramos tocar para él, pero cambiando las canciones por lo que estaban en su propio tono y ritmo para que no sonaran tan mal".
Pero Daisuke no pudo reunir suficientes músicos para asistir al evento, y fue entonces cuando se preguntó si realmente los necesitaba. ¿No sería mejor grabar sus pistas de acompañamiento con anticipación y darle una cinta al gerente?
Daisuke había estudiado ingeniería eléctrica y utilizó este conocimiento para dar el siguiente paso en la creación de karaoke.
"Pero no me sentía seguro con el cableado eléctrico, así que hice lo que ahora se llamaría subcontratación: conseguí que otras personas ensamblaran las piezas de la máquina. El sistema interno lo hizo un electricista. Tomó un amplificador grande y lo rompió , póngalo en la caja con un reproductor estéreo de cartuchos de automóvil. Y luego ponemos una moneda para que la gente pueda pagar por cinco minutos cantando ", explica.
Daisuke Inoue con su primera máquina, a la que llamó 8 Juke
Pero la máquina no fue suficiente para crear el karaoke, sino también las grabaciones. Daisuke tomó canciones populares y las modificó para estar más cerca del rango de la capacidad de canto de una persona común.
"Desde el principio, no grabé las canciones con el mismo tono y ritmo. Creé el karaoke para que el 80% de la gente pudiera cantar con él".
La primera máquina de karaoke se instaló en el bar de Kobe en 1971. "A los clientes les gustó tanto que empezaron a llegar al bar antes de que abriera".
Un fenómeno global
Se corrió la voz rápidamente sobre lo divertido que era usar ese nuevo equipo, y Daisuke comenzó a alquilar máquinas en bares y otros lugares.
"El dueño del bar tenía otra sucursal en Osaka y me pidió que hiciera más máquinas de karaoke, y eso hizo que se extendiera rápidamente".
Poco después, llegó a Tokio y la fiebre se apoderó de Japón, luego del Este de Asia, y así sucesivamente.
El primer karaoke bar del continente americano abrió en Los Ángeles en 1982, cuando se acercaba a convertirse en una sensación mundial.
Hoy en día, las máquinas de karaoke se han convertido en un referente en bares, discotecas e incluso en casa. Teniendo en cuenta eso, podrías pensar que Daisuke se convirtió en un hombre muy rico ... pero nunca patentó el invento.
"No sabía cómo ganar dinero con eso y no tenía suficiente dinero para solicitar una patente. Además, pensé que, al ser una colección de productos prefabricados, no se podía patentar".
Daisuke no ganó nada con su invención de la máquina de karaoke (excepto el comercio de máquinas), mientras que la versión filipina, el sistema de karaoke Sing Along, fue finalmente patentada por Roberto del Rosario en 1975.
Sin embargo, las cosas cambiaron a favor de Daisuke y comenzó a ser reconocido por su trabajo pionero.
Años más tarde, la revista Time lo nombraría uno de los asiáticos más influyentes del siglo XX y ganó el premio Ig Nobel 2004 de la Universidad de Harvard, un premio humorístico otorgado a personas que han hecho una contribución a la ciencia. En el caso del karaoke, por haber inventado una forma de enseñar a las personas a tolerarse.
Aunque no ganó mucho dinero con sus primeros trabajos, estos experimentos con palabras, música y un poco de ingeniería creativa cambiaron su vida.
Continuó construyendo máquinas e incursionó en licencias de música para dispositivos de karaoke.
Y lo más importante para él, su invento lo hace muy orgulloso y feliz.
“Lo que más me alegra es que a veces, cuando salgo a tomar algo con mis amigos, escucho a la gente reír y aplaudir de emoción cuando alguien canta en un karaoke, y me doy cuenta de que he creado algo tremendo, profundamente conmovido”.
Fuente: BBC Mundo