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Recientemente, Elon Musk en una entrevista con Peter Diamandis, fundador de la Fundación XPrize, el CEO de SpaceX comentó sobre los peligros asociados a sus aspiraciones colonizadoras interplanetarias. 

Musk advierte que en el proceso “probablemente mucha gente morirá, es incómodo, un viaje largo y puede que no regreses con vida”.

La trágica predicción de Musk está basada en los antecedentes de la carrera espacial. 

Sobre este tema El Diario español El Confidencial presentó el siguiente artículo: 

Elon Musk ha dicho ya varias veces que mucha gente morirá en la exploración y colonización marciana. Eso no es nada nuevo. Lo mismo ha pasado en la Tierra con cada proceso de exploración y colonización. Por mucho que tomemos precauciones, lo mismo pasará con Marte. Pero lo que no nos cuenta Elon Musk es cómo morirá toda esa gente, la docena de muertes horribles que nos acecharán en cada paso de ese viaje y cuando estemos en el planeta rojo. Aquí tenéis una lista de los peligros que estarán acechando durante el lanzamiento, viaje, aterrizaje y vuelta a la Tierra.

El primer gran peligro está claramente en la rampa de lanzamiento. Aunque no es una probabilidad alta, atarte a un cilindro lleno de miles de toneladas de combustible altamente inflamable y explosivo es siempre un riesgo que va desde el mismo momento de la ignición de los motores y dura hasta alcanzar la órbita terrestre y se apagan los motores de la última fase. Pero morir en una explosión es lo más rápido e indoloro que puede pasarte en tu camino a Marte.

Desintegrado en la transferencia de combustible en órbita

Si asumimos un viaje en el Starship de Elon Musk — que será directo, sin pasos intermedios — habrá un paso de transferencia de combustible en órbita. El Starship se conectará a un depósito orbital previamente lleno de combustible criogenizado y llenará sus tanques para iniciar el viaje a Marte. Es una maniobra complicada y peligrosa. De hecho, todavía no hay una idea clara para realizarla y, aunque hubo transferencia de pequeña cantidades de combustible en la MIR y la ISS, es algo que nunca se ha hecho con combustible criogenizado. En teoría, uno de los requerimientos del contrato de SpaceX con la NASA para ir a la Luna incluye la transferencia de combustible en órbita.

Envenenado por la radiación de una erupción solar

Uno de los grandes peligros en el viaje a Marte es el Sol y sus erupción. De por sí, el trayecto expondrá a los astronautas a un nivel de radiación notable, pero una erupción solar los bombardearía con partículas radioactivas que les matarían sin remedio. Por eso la NASA y otras agencias están trabajando en proyectos de alerta temprana para predecir y monitorizar las erupciones solares. 

El Starship deberá tener un habitáculo de emergencia rodeado de tanques de agua. Es la única manera de parar esas partículas de alta energía que les haría morir en la más absoluta de las agonías al cabo de unas horas o días desde la exposición. Es una muerte realmente horrorosa. En el viaje a la Luna los astronautas también estaban expuestos a estas erupciones pero no había espacio para un habitáculo de protección. En los 60 la NASA decidió jugársela — como con muchas otras cosas — porque la duración de los viajes iba a ser corta. Pero los viajes a Marte durarán muchos meses y la probabilidad de una erupción solar se incrementa notablemente.

Asfixiado por falta de oxígeno o fallo del sistema de captura de dióxido de carbono

Ésta es más remota, pero existe la posibilidad de morir afixiado en el evento de que haya un problema con los tanques de oxígeno o el sistema que captura el CO2 de la atmósfera de la nave para evitar el envenenamiento por este gas. En el último caso habrá sistemas redundantes, pero la posibilidad de un fallo sigue existiendo. En el caso del oxígeno, si ocurriera un accidente, la posibilidad de enviar ayuda sería casi imposible y disminuiría exponencialmente a medida que el Starship se alejara de la Tierra.

Sepsis por la infección de una muela

Otra manera dolorosa de morir sería por infección. Según un estudio reciente, los antibióticos pierden efectividad en el espacio rápidamente. El profesor Volker Hessel, investigador de la Universidad de Adelaida, en Australia, afirma que “ninguna medicina sobrevive en el espacio más de un año. La mayoría ni siquiera dura tanto" gracias a la microgravedad y la radiación. Aunque un viaje a Marte duraría unos siete meses, el viaje de vuelta serían otros siete. A partir de un punto, la posibilidad de combatir una infección se reduce a cero con las medicinas actuales. La simple infección de una muela puede acabar en muerte.

Desangrado o infectado en emergencia quirúrgica

Las operaciones quirúrgicas en microgravedad son extremadamente complejas. Para empezar, no se puede operar de ninguna otra forma que no sea por laparoscopia. A pesar de algunos experimentos de la NASA para contener la sangre de una operación, abrir un abdomen o cualquier otra parte del cuerpo humano es imposible sin gravedad. La sangre volaría por todas partes, igual que los intestinos y otros órganos, que no podrían mantenerse en posición para mantener claro en lugar de la operación. Además, los cambios en el organismo por la microgravedad de larga duración dejan muy debilitado al organismo. Y eso sin contar el hecho de que habría partículas orgánicas potencialmente infecciosas flotando en el aire todo el rato.

Cualquier intervención tendría mucho más peligro de complicaciones potencialmente letales que en la Tierra. Según los expertos, aún con los controles médicos, habrá una media de una emergencia quirúrgica cada 2,4 años en misiones a Marte. La posibilidad es remota, sí, pero está ahí.

Quemado en la reentrada

El porcentaje actual de fallos de misiones a Marte es del 52,4%. Es decir: una de cada dos misiones al planeta rojo han acabado en desastre. La reentrada en la atmósfera de las últimas misiones de la NASA se han hecho con paracaídas supersónico. La del Starship no usará paracaidas sino su aerodinámica, un escudo térmico y un sistema de navegación automatizado. Imaginad una nave de 5.000 toneladas de peso — con carga máxima, será algo menos por el consumo de combustible — entrando en la atmósfera marciana a 7,5 kilómetros por segundo para decelerar aerodinámicamente como el transbordador espacial de la NASA, usando el escudo térmico para protegerse de la fricción. Un escudo térmico — en teoría reutilizable — del que no se sabrá su estado después de un viaje de siete meses. Un fallo en el escudo térmico fue lo que destruyó el Columbia en la reentrada en la Tierra, matando a sus siete tripulantes.

Destrozado al estrellarse después de un fallo de reignición de los motores

Pasada la reentrada — y asumiendo que el radar y los sistemas de reconocimiento de terreno por láser hagan su trabajo correctamente — la inteligencia artificial de navegación buscará un lugar lo suficientemente plano sobre el que posarse. Mientras, el Starship tendrá que enderzarse para volver a arrancar sus cohetes de metano y oxígeno con los que ralentizar su descenso y posarse suavemente en el suelo marciano. Y ése es otro punto crítico: la ignición de esos cohetes después de siete meses de viaje expuestos al espacio exterior. Si dos de los tres cohetes fallan en su activación, el Starship se estrellará sin remedio matando a toda la tripulación.

Calcinado en una explosión después del amartizaje

Aunque los cohetes vuelvan a reinicarse sin problema y el Starship se pose suavemente en la superficie marciana, existe la posibilidad de un fallo en el sistema — quizás una microfractura ocurrida durante el lanzamiento o el viaje y debilitada en la reentrada — que termine en un fallo crítico. Es decir, explotando como en el vídeo sobre estas líneas.

Congelado o asfixiado durante una tormenta de arena de larga duración

Una vez en Marte, los peligros no cesan. Aunque sabemos que no habrá terremotos ni ninguna otra catástrofe geológica al acecho, existe el peligro de las tormentas de arena marcianas. Unas tormentas con vientos de hasta 100 km/h que pueden durar meses y convertir el día en noche gracias a las partículas de polvo suspendidas. Si esto sucediera, los astronautas no podrían salir del Starship, pero eso sería el menor de sus problemas. En poco tiempo se quedarían sin electricidad porque los paneles solares — que es la manera con la que Musk imagina que podrán abastecer a las naves y la futura Base Alfa marciana — dejarían de producir energía. Y sin energía, los astronautas morirían de frío, por no hablar del fallo de todos los sistemas vitales. Siempre podrían tomar la decisión de volver a despegar, pero no está claro si podrían repostar en esas condiciones (en teoría deberían tener que repostar de nuevo en Marte con material que previamente habría llegado de la Tierra). Y aunque lo pudieran hacer, el despegue en medio de una tormenta sería imposible.

Muerto de hambre

Según el plan, los astronautas que lleguen a Marte tendrán alimento para varios meses esperándoles. De hecho, debería ser de tres a cuatro meses de suministro, que es lo que tardarían los planetas en volverse a tener la alineación correcta antes de emprender el viaje de vuelta. Y aquí hay dos problemas. Primero, hasta que los astronautas no lleguen a Marte no tendrán la certeza absoluta de que esos suministros están en buen estado.

Segundo, aunque todo estuviera correcto, también existe la posibilidad de que se vean forzados a extender su estancia en Marte más allá de lo previsto por un fallo en el Starship. Si esto sucediera, no podrían ponerse a plantar patatas como Matt Damon. Y al contrario que en una misión lunar — donde la ayuda tardaría en llegar unos días — los astronautas marcianos deberían esperar de nueve meses a un año para recibir suministros de la Tierra.

Muertes varias por accidente

Si todo ha salido bien, ¡bienvenido a Marte! Eres un héroe. Te darán una medallita... si regresas con vida. Aparte de todos estos eventos mortíferos, recuerda que vas a estar en un planeta sin atmósfera respirable, expuesto a la radiación solar y cósmica por la falta de campo magnético del planeta, así como a todo tipo de posibles accidentes, desde caerte al vacío al explorar una cueva, despeñarte por un acantilado de un kilómetro de altura o sencillamente cayéndote al suelo y rasgándote el traje con una roca afilada.

Asfixiado, desintegrado, quemado, desangrado o infectado en el viaje de vuelta

Han pasado de tres a cuatro meses y has superado todos los posible peligros en tu estancia en Marte. Es hora de volver a la Tierra. Lógicamente, en ese viaje de vuelta podrás sufrir exactamente los mismos peligros que durante el viaje de ida. 

A lo mejor, digo yo, en vez de planeta rojo deberías decidirte por las gambas rojas de Garrucha e irte a Almería. El desierto allí también es muy marciano.

Fuente: Diario El Confidencial España 

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