El agua que cae en cascada desde una pared de hielo, con pinceladas grises de nubes encima, es una imagen hermosa, pero la historia detrás de ella es de destrucción; los glaciares de la Tierra se están derritiendo a un ritmo sin precedentes debido al cambio climático causado por el hombre.
El fotógrafo canadiense Paul Nicklen recuerda cuando tomó la fotografía. Era agosto de 2014, y las temperaturas en Svalbard, Noruega, eran inusualmente cálidas, rondando los 70 °F, unos 21 °C. Al doblar la esquina de una capa de hielo en la isla de Nordaustlandet, vio más de una docena de cascadas que brotaban de su costado.
"Era la escena más poética y hermosa que había visto, pero también era inquietante y aterradora", recuerda. La imagen pasó a simbolizar la realidad del cambio climático y se convirtió en la imagen artística más vendida de Nicklen. Apareció varias veces en National Geographic, fue utilizada por Al Gore en sus conversaciones sobre el clima y adornó la portada del álbum de Pearl Jam de 2020 "Gigaton", cuyo título hace referencia a la unidad utilizada para calcular la masa de hielo.
Su belleza es fundamental para su impacto, cree Nicklen. "Cuando se toma una fotografía bien enfocada, bien expuesta, emotiva e impactante, se crea una reacción visceral", afirma. "Tiene que ser bella y atractiva, tiene que invitarte a entrar... y tiene que tener un mensaje de conservación".
En 2014, Nicklen, junto con su esposa Cristina Mittermeier, a la que más tarde se unió Andy Mann (ambos también fotógrafos galardonados), cofundó la organización sin fines de lucro SeaLegacy, que utiliza el cine y la fotografía para crear conciencia sobre los problemas climáticos y ayudar a proteger el planeta.
"La fotografía es una de las herramientas más eficaces y poderosas que tenemos para contar historias complejas, como la del cambio climático", afirma Mittermeier.